El FC Barcelona se ha proclamado este miércoles por la noche campeón de la Liga de fútbol, a falta de dos jornadas, tras empatar (1-1) en el campo del Levante. Los goles los han marcado Keita (28') y Caicedo (40').
Esta es la tercera Liga en tres temporadas para el entrenador azulgrana, Josep Guardiola, que ha hecho un extraordinario pleno en la competición española desde que debutó en el banquillo del primer equipo, hace tres años, proveniente del filial.
El partido ha tenido una historia mínima. Guardiola, como había prometido, no se ha reservado nada y ha salido al Ciutat de València con un equipo casi de gala, con la intención de confirmar el título lo antes posible y tener dos semanas para preparar la final de Champions en exclusiva. Si acaso, la única licencia ha sido la de Abidal, titular en la banda, para ir cogiendo forma después de su enfermedad.
Keita, de cabeza
Con sólo un empate como objetivo, el Barça ha afrontado el partido con toda la parsimonia del mundo. Tocando y tocando sin ninguna prisa y sin mucha preocupación por buscar la profundidad en ataque. Con tanta calma, las primeras ocasiones fueron para el equipo local. En el 10', Valdo remató de cabeza demasiado flojo, en el 16', Javi Venta chuta fuera, y en el 20', Xavi Torres vuelve a tener el punto de mira desviado. Como suele pasar, después de perdonar tanto, quien se ha avanzado ha sido el Barça, con un inapelable cabezazo de Keita a centro de Xavi (27').
Piqué hace un favor al Levante
Pero poco ha durado. Sólo 13 minutos más tarde, Piqué se ha encargado de alegrar la noche a la afición 'granota' (que siente una gran simpatía por el Barça, con quien comparten colores) con un monumental error, cuando ha chutado el aire en vez de rechazar o ceder a Valdés. Caicedo, muy atento, ha robado la cartera a los dos azulgrana y ha marcado a puerta vacía.
Tregua en los últimos minutos
El segundo tiempo ha comenzado con el Barça ligeramente más ofensivo, que ha tenido dos claras ocasiones a pies de Afellay (52'), que ha chutado ajustado al palo, y Messi (57'), que aún ha ajustado más, pegando el balón a la madera tras otra de sus jugadas de extraterrestre, driblando a todos los defensas que le salían al paso. El propio argentino, él solo, ha tenido otra buena ocasión en el 70', chutando desde la frontal. Y aquí se acabó el partido. Como si, de repente, los dos equipos se hubieran dado cuenta de que el resultado era excelente para las dos partes (el Levante se aseguraba casi la permanencia), los veinte minutos restantes han consistido en un rondo interminable y sin peligro para a ninguna portería. Hasta el pitido final, que ha desatado la alegría contenida culé, con la tercera Liga en tres años del mejor equipo de la historia del Barça.
Vía latribunalatina.com
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