Así mataron a Bin Laden

Los dos helicópteros sobrevolaron en plena madrugada del domingo la mansión fortificada de Abbottabad, a 60 kilómetros de la capital pakistaní, donde se sospechaba que podía ocultarse Osama Bin Laden. En medio del revuelo atronador, 20 soldados de elite de la Marina (los temibles SEALS) se abrieron paso con explosivos de mano, potentes rifles de asalto y dispositivos de visión nocturna.

El líder de Al Qaeda fue sorprendido a traición: sus hombres de seguridad poco pudieron hacer contra la avalancha de fuego de los SEALS, que no sólo mataron a Bin Laden. También perecieron uno los hijos del terrorista saudí, otro hombre y una mujer que llegó a ser usada como escudo humano, según relataron fuentes próximas a la operación a la cadena 'ABC'.
Otras fuentes señalaron a la 'CNN' que Bin Laden pudo morir de un disparo en la cabeza. Entre las fuerzas norteamericanas no hubo aparentemente bajas, aunque un helicóptero fue alcanzado y los propios soldados estadounidenses decidieron destruirlo con explosivos cuando su tripulación estaba ya a salvo. La operación duró en total poco más de 40 minutos.

El Comando Conjunto de Operaciones Especiales, en cooperación con la CIA, dirigió la operación relámpago, aprobada el sábado por el presidente Obama a la vista de los últimos informes de los servicios de inteligencia que confirmaron la presencia de Bin Laden en la mansión fortificada por muros de casi tres metros, con ventanas altas y contados puntos de acceso.



El 'chivatazo' se recibió al parecer en agosto: Bin Laden había abandonado su 'refugio' en las montañas, en la porosa frontera de Afganistán y Pakistán, para acomodarse en una casa valorada en más de un millón de dólares, ocho veces más grande que cualquier otra en las afueras de Abbottabad, una ciudad de 90.000 habitantes al norte de Islamabad.

La falta de televisión o teléfono, y el hecho de que la basura fuera quemada a diario dentro de los jardines, sirvieron para confirmar que la mansión cumplía las funciones de búnker o escondite.
Nada más conocerse la noticia de la muerte de Bin Laden se extendió el rumor que podría haber sido abatido en un ataque desde los aviones no tripulados de Estados Unidos que vigilan habitualmente la frontera. El presidente Obama confirmó sin embargo que se había tratado de una "lucha armada", protagonizada por "un pequeño equipo de americanos que llevaron a cabo la operación con extraordinario coraje".

Obama confirmó también que los soldados que lanzaron el ataque habían "tomado en custodia" el cuerpo de Bin Laden. Fuentes de la Administración aseguraron a la cadena ABC que el cadáver será tratado "de acuerdo con las prácticas y las tradiciones islámicas", aunque no informaron sobre cuál será su paradero. La necesidad de recuperar el cuerpo, como prueba irrebatible de la muerte de Bin Laden, era de uno de los objetivos prioritarios del comando especial.

Las informaciones son todavía contradictorias, pero parece que el ejército y los servicios de inteligencia de Pakistán cooperaron al menos en labores de apoyo. Los méritos de la acción directa, sin embargo, correspondieron a los legendarios SEALS, uno de los cuerpos de elite mejor preparados del mundo, cuyo lema ha cobrado un nuevo valor después de la hazaña bélica: "El dolor es temporal, el orgullo dura toda la vida".

Fuente: elmundo.es

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