¿Es eso cierto? Sí y no. Los propios fabricantes nos hablan de porcentajes de ahorro muy inferiores, 2-3% normalmente, pero lo hacen comparando con neumáticos de la competencia o de su misma marca… en gamas actuales. Es decir, la comparación no se hace con neumáticos más viejos.
Es impepinable que los neumáticos de bajo consumo, o hablando con propiedad, de baja resistencia a la rodadura, ahorran combustible. Por poner un ejemplo reciente, el Porsche Panamera Diesel homologa su consumo más bajo utilizando ruedas de este tipo. ¿Qué potencial de ahorro hay pues?
Todo depende del tipo de neumático con el que comparemos
La respuesta es ambigua, porque tenemos que comparar, en igualdad de condiciones de conducción y uso, unos neumáticos con otros. Por ejemplo, respecto a unos neumáticos Michelin HX fabricados en 2000, usando neumáticos de baja resistencia a la rodadura modernos, puedes bajar un 10% en consumo particular.Si hablamos de un usuario que tiene un coche de hace cuatro años, con neumáticos originales, y monta ahora de baja resistencia a la rodadura, no notará un ahorro tan significativo. Por lo tanto, el ministro Sebastián no miente pero hay que matizar sus declaraciones, y subrayar mucho ese “hasta”.
La medida del Gobierno solo beneficia a 60.000 coches, ó 240.000 ruedas. Cada año se cambian en España unos 18-20 millones de neumáticos, por lo que el impacto de esta medida en la factura energética nacional es irrelevante en una primera etapa. Ahora bien, la medida puede ser efectiva a medio plazo, sin más inversión.
Estos neumáticos se están dando a conocer desde que se han puesto en el debate cotidiano. Cierto es que el Gobierno se precipitó con lo de la clase energética A, un etiquetado europeo que estará vigente el año que viene. No obstante el BOE ha fijado unas condiciones técnicas que se anticipan a ese etiquetado.
Antiguamente, para reducir el consumo había que reducir el agarre, y ese tipo de ruedas se hizo conocido por esas dos características. Ahora existe un mejor compromiso entre agarre y consumo, reduciendo las diferencias para mal con un neumático convencional. Cosas de la tecnología.
Los neumáticos de baja resistencia a la rodadura pueden ser más caros que otros equivalentes, pero el ahorro que pueden suponer en gasto de combustible y una mayor duración (retrasa su cambio) pueden justificar dicho sobreprecio. Pueden durar más del doble que otro neumático de menor precio, que no la mitad de barato (depende mucho de la forma de conducir).
Si empieza a popularizarse el conocimiento de este producto, entonces sí podríamos hablar de una reducción apreciable del consumo a nivel nacional, pero en una primera etapa desde luego que no. El boca a boca hará el resto, no hay que subestimar a esa herramienta incontrolable del marketing.
Seamos sinceros, la mayoría de los usuarios de las vías españolas no necesitan los neumáticos de más alto rendimiento, dada la cada vez menor diferencia entre los neumáticos de altas prestaciones y los de baja resistencia a la rodadura. Digo yo que por algo los están montando tantos fabricantes como primer equipo…
Vía motorpasión.com
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