Si además de tener pasión por la fotografía, también te entusiasma el mundo del motor, probablemente te interesa conocer el trabajo de un fotógrafo francés llamado Laurent Nivalle, así que te invito a que sigas leyendo.
Director artístico, diseñador y fotógrafo para la también francesa Citroën durante los últimos diez años, Laurent ha desarrollado un estilo personal – eso que tanto nos cuesta a todos y muy pocos consiguen – basándose mucho en el mundo de la moda y la industria de la automoción para extraer unas reglas visuales bien definidas, aunque con una marcada espontaneidad.
Tiene mucho del mundo del cine, le apasiona el retrato y eso, sin duda, se deja notar también en sus imágenes. Su forma de contar las historias mediante el buen uso del color, de la profundidad de campo, del movimiento y de elementos compositivos que nos sitúan en situaciones privilegiadas desde puntos de vista exóticos, contribuye a dotarlas de personalidad y sobre todo de una “sensación” o estado de ánimo particulares que transmite al espectador.
El valor de su fotografía radica principalmente en tres puntos, que son la elegancia y preciosismo estéticos (como digo, muy tipo “moda”), la originalidad abordando temas recurrentes pero desde un punto de vista poco habitual (como las carreras de coches, hechas casi como si se tratase de una reunión social de etiqueta) y, por último, la clase y el estilo que desprenden sus trabajos tanto a través de la manera de fotografiar como de los propios personajes o aquello que fotografía.
Está claro que, como siempre, habrá muchos a los que les encante y otros tantos a los que no les guste en absoluto, pero en mi opinión una de las claves de su éxito es su buen gusto a la hora de decidir los retoques a realizar durante la pos-producción. Por supuesto que es un buen fotógrafo desde el momento de la toma – tiene muchas que me parecen buenísimas en cuanto al “instante decisivo” de Cartier-Bresson – pero siempre remata la faena con una gran solvencia técnica en el revelado.
Además, su faceta de diseñador se deja notar en la presentación de sus productos finales, que personalmente me parece impecable y que no sólo saca el máximo partido de su trabajo fotográfico, explotando sus fortalezas y disimulando sus debilidades, sino que además lo dignifica con gran eficacia.
De su porfolio, yo destacaría la impresionante serie sobre las 24 horas de Le Mans Classic, por su espectacularidad visual y la delicadeza con la que está tratada cada imagen, pero sobre todo la de Men’s Cars por su tremenda carga documental que además no le obliga a renunciar a su habitual fuerza plástica.
Sin más su web, espectacular: http://www.laurentnivalle.fr/
(Vía xatakafoto.com)
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