El escritor Alberto Vázquez-Figueroa pasó su infancia en el Sáhara Occidental y más tarde cubrió como corresponsal español los momentos previos a la Marcha Verde que acabó con la colonia española. Ahora es persona "non grata" en un país que según Vázquez-Figueroa nunca estará dispuesto a conceder grandes derechos al pueblo saharaui. Este defensor del Frente Polisario asegura que los saharauis se han convertido en "ciudadanos de cuarta clase" y que la pasividad de los distintos gobiernos españoles es una "vergüenza".
¿Se puede justificar de algún modo el asalto del Ejército marroquí ayer al campamento saharaui en las afueras de El Aaiún?
De ninguna manera. Tenga en cuenta que se ha hecho en el sitio donde yo me crié, y en la ciudad que fundó el gallego Manuel Rodríguez, el hombre que me crió en el desierto. Él fue quien construyó el primer pozo del que después se formó la actual ciudad.
Siempre me he declarado a favor del Polisario y esto es una salvajada más de las que se han hecho, culpa todo de ciertos españoles que entregaron eso de una forma vergonzosa en momentos en que Franco se estaba muriendo. Vendieron el Sáhara español al Marruecos. No es que yo esté a favor de Franco, sino todo lo contrario, pero él no habría permitido que el Ejército español se retirara de allí de esa manera. Y todas esas lluvias traen esos lodos.
[El asalto] es muy propio del Reino de Marruecos, que tampoco hay que confundir con los marroquíes.
Usted vivió en el Sáhara Occidental hasta los 16 años. ¿Cree que ha habido algún progreso desde entonces en la problemática saharaui?
Nada, ha ido cada vez peor. Ha sido una desidia por parte de todos los gobiernos españoles que no han querido hacerse cargo de la vergüenza que hicimos allí.
También hay que tener en cuenta el dinero marroquí que se mueve allí, porque hay mucha riqueza. Ahora se ha descubierto que hay petróleo frente al desierto del Sáhara, entre la costa africana y Canarias. Es una canallada tener ahí a la gente treintaytantos años sufriendo.
Yo siempre he sido muy pro ellos, pero tampoco me he querido involucrar. Cuando ocurrió lo de Aminatu Haidar en Lanzarote se hizo una especie de círculo mediático y hay que tener cuidado con eso.
El Frente Polisario ha pedido que la ONU se implique, pero ni Naciones Unidas ni España dan pasos en firme para que al fin se realice el referéndum acordado a principios de los años noventa. ¿A qué esperan?
Hay mucho por el medio, sobre todo el petróleo. El mundo está dirigido por las fuerzas y compañías energéticas y si ahí hay unas reservas energéticas grandes, nadie querrá renunciar a ello. Se quieren mantener ahí y no se quiere dejar caer en un pueblo tan necesitado como el pueblo saharaui.
El Gobierno marroquí le ha declarado persona “non grata” por sus críticas al régimen alauita. La represión de los periodistas se ha vuelto a manifestar estos días impidiendo a los periodistas acceder a El Aaiún. ¿Por qué esa censura?
Yo he publicado muchos artículos a favor del Polisario, por ejemplo 'Tuareg'. Y a ellos nunca les ha gustado eso.
Sin embargo, el Gobierno marroquí presume de ser moderno...
También yo presumo de guapo y de buen escritor. Se han modernizado con respecto al Marruecos que yo conocí. Es un país que ha avanzado mucho en agricultura e industria y eso no se le puede negar. También es cierto que dentro de los países árabes son de los menos islamistas. El terror de ellos mismos es el islamismo radical.
Pero con respecto al tema saharaui han hecho barbaridades. Toda la zona saharaui, si se le diera agua, sería el vergel del siglo. El desierto solo tiene infértil la zona de arena y la de pedregales, pero más del 80 por ciento de los desiertos son de una fertilidad maravillosa. El Gobierno marroquí planea construye ahora desaladoras en el desierto. Si le dan al pueblo saharaui el agua que necesitan, sí demostrarán que son modernos.
¿Cómo es el pueblo saharaui?
Es un pueblo maravilloso, gente amabilísima en su mayoría. Lo que sí hay que reconocer es que en el momento de la Marcha Verde hubo mucho saharaui traidor, que se dejó engañar. Les convencían [el Gobierno marroquí] de que cuando España saliera de allí, ellos les iban a dejar ser independientes. Los propios traidores se dieron cuenta de que le habían abierto las puertas al enemigo, peor que lo que éramos nosotros, que era un colonialismo bastante tranquilo.
Hay como en todas parte, mala gente y traidores. No todos los saharauis están libres de pecado. Hay un porcentaje pequeño de traidores.
En el campamento desalojado ayer no reclamaban su independencia, sino derechos básicos como el acceso al trabajo o a una vivienda. Parece que los saharauis son ciudadanos de segunda clase y eso que Marruecos clama que son sus ciudadanos.
¡Si estamos aquí recibiendo todos los días pateras marroquíes de gente buscando trabajo! Si hay trabajo en Marruecos, se lo darán primero a los marroquíes, no a los saharauis. Los han convertido no en ciudadanos de segunda clase, sino de cuarta. Y mientras la ONU no divida aquello como se debe dividir y realmente les ayudemos, no se hará nada.
¿Cree que las conversaciones en Nueva York entre el Frente Polisario y Marruecos llevarán a algún sitio?
A otros 33 años después de continuar hablando. Cuado una cosa no se quiere arreglar, no se quiere arreglar... hasta que esa pobre gente muera por extinción, porque lo que quedan son hijos y nietos esclavizados. ¿Conversaciones? ¿Qué conversaciones? Nunca ha habido conversaciones que lleven a ningún lado.
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