La vida útil de los automóviles está
aumentando en España -ha pasado de 8 a 10 años- y las ventas de coches
nuevos se han resentido en los últimos años. En el portal Coches.com recopilan algunos consejos bien útiles para ayudarnos con la compra.
Los vendedores de coches veteranos tienen un dicho: “La sensación al
volante es la que acaba por cerrar el trato”. Es el último paso hacia la
compra del coche, así que, mientras que el vendedor intentará crear
premura para que compres el coche cuanto antes, el comprador debería
asegurarse de elegir un coche ajustado a su presupuesto y que sirva a
sus necesidades futuras.
1. Investigar
El olor de un coche nuevo tiene un curioso poder embriagador, por eso
conviene conocer bien el mercado antes de acercarse al concesionario.
Ármate con datos antes de subir a ningún
coche y pregúntate si ese modelo llena tus necesidades.
¿Cómo saberlo? Haz una lista de cualidades imprescindibles
que debe tener en su coche nuevo (maletero, consumo, etc). A
continuación, considera qué otras cosas te gustaría que tuviese para
hacer con ellos una lista de deseos. Se trata de cosas sin las que podrías vivir, que no pondrían fin a un acuerdo por el coche.
Por último, echa un ojo al precio. ¿Puedes
permitirte ese coche? Además de poder encontrar con facilidad el mejor
precio de España en un concesionario oficial gracias a coches.com,
recuerda que hay mucho otros gastos detrás de un automóvil. Aunque hay trucos para ahorrar con el coche, el mantenimiento los impuestos y la depreciación, varían mucho en función de cada modelo.
Después de haber realizado todas estas comprobaciones ha llegado el
momento (como dicen los americanos), de “sentir la rueda”. Comprobar si
el coche que has elegido sobre el papel es el coche que necesitas en la
realidad.
2. Antes de arrancar
Una gran parte de la prueba de un coche se lleva a cabo antes de
darle al contacto (lo sabemos bien, ya que probamos bastantes en la sección de pruebas).
Probar un coche se parece poco a probar la ropa. Cada persona es
diferente, con diferentes tamaños y formas… y gustos. Estas son algunas
preguntas que te ayudarán a definir tus sentimientos sobre tu (posible)
futuro coche:
- ¿Es fácil entrar y salir del vehículo?
- ¿Hay suficiente espacio para la cabeza, la cadera y las piernas? Recuerda revisar los asientos traseros también.
- ¿Es la posición de conducción cómoda?
- ¿Te sientes demasiado bajo o demasiado alto en el coche?
- ¿El volante se puede regular en altura y profundidad para un mejor ajuste?
- ¿Es cómodo el asiento? ¿Es fácil de ajustar? ¿Cuenta con un ajuste de soporte lumbar?
- ¿Los controles son fáciles de leer y usar?
- ¿Qué tal es la visibilidad? No te olvides de revisar el espejo retrovisor y los espejos laterales.
- ¿Están los pedales situados para que coincida con tu tipo de cuerpo? Si no es así… ¿se pueden ajustar?
- Maletero. ¿Es lo suficientemente grande para tus necesidades? ¿El espacio es diáfano o tiene recovecos? ¿Hay que levantar mucho los bultos para Comprueba también cómo queda si abates los asientos traseros.
3. En marcha
Muchas veces el vendedor conducirá primero el coche contándote sus
bondades y luego te dejará a ti ponerte al volante. Mientras él conduce,
evalúa el coche desde el punto de vista del pasajero. Presta atención a los ruidos y la visibilidad.
Cuando llegue tu turno, procura adaptar el recorrido a tus
necesidades. Puede que el vendedor intente dirigirte por donde él quiera
(normalmente, de regreso a la concesión), pero muchas veces no es la
mejor manera para que puedas evaluar el coche. Por ejemplo: si sueles
conducir en montañas, busca una colina y mira cómo sube el coche. Si
viaja por carretera, observa cómo acelera entre el tráfico y sube de 90 a
120 km/h. Por eso es importante que le digas al vendedor que tipo de
prueba necesitas. No te pondrán demasiados problemas (a no ser que lo
quieras meter en un circuito, claro).
Antes de empezar a conducir, ajusta el asiento, cinturón de seguridad
y espejos. Apaga la radio para poder escuchar el motor concéntrate en
estos puntos específicos que tendrás que evaluar:
- Aceleración.
- Ruido del motor.
- Cambio: ¿Sube o reduce rápido de marchas? ¿Es el recorrido de la palanca largo o corto? ¿Es la relación de las marchas adecuada?
- ¿Es la potencia suficiente a altas y a bajas revoluciones?
- Frenos: Al pisar el pedal debes sentir que el frenado es firme.
- Dirección: ¿Es fácil colocar el coche para tomar la curva? ¿Es preciso?
- ¿En las curvas se balancea mucho? ¿El peso del coche provoca inercias que obligan a corregir la trayectoria?
- Suspensión ¿es dura –notas mucho las imperfecciones de la vía– o muy blanda –cómoda pero hay balanceos peligrosos–.
- Comodidad del asiento y ergonomía. ¿Te mueves en el asiento una vez que está en marcha o “abraza” bien tu cuerpo?
- Sonidos y chirridos extraños.
¿Cómo probar todas estas cosas en un coche que no es tuyo y cuyo
“dueño” viaja a tu lado? Adviértele de que quieres realmente conducir el
coche. Esto no significa infrigir normas de tráfico.
Pero puede que quieras probar el ABS (cuando no hay nadie detrás de ti) y
dar algún volantazo para explorar los límites del coche (como si salta
muy pronto el ESP). No te decimos que excedas tus límites de conducción y
puedas tener un accidente, sino que no te limites a pasear con él.
Antes de dejar el coche de nuevo en la concesión, asegúrate de verlo bajo la luz natural,
ya que el color se puede verse muy distinto bajo los focos. El vendedor
intentará cerrar el trato cuanto antes, pero no tengas prisa. Ahora es
el momento de evaluar las sensaciones que has tenido durante la prueba, repasar tu lista
de cualidades imprescindibles y cuántos de tus deseos se cumplen. Y no
olvides probar otros coches, porque pueden aportarte otras visiones,
sensaciones… y argumentos para conseguir alguna rebaja de otros modelos.
Tu posición negociadora será mucho más fuerte cuanta más información
tengas.
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