Jean Michel Jarre en Santiago (Parte 1)

Imagina por un momento que te encuentras delante de una Catedral centenaria, de las más hermosas del mundo. Añádele ahora una magia derivada del Año Santo que no se repetirá hasta dentro de 11 añitos, y que nadie se quiere perder.

Supón pues, que los efluvios de emociones que salen de cada peregrino inundan cada calle, cada piedra, y éstos te invaden haciéndote parte del todo, siendo tú, único.

Hay aire pero te falta...?. Puedes sentir las fachadas que se te echan encima arropándote y a la vez haciéndote suyas, no quieren que te vayas. Te absorven, te inoculan ese veneno llamado morriña para el que no hay antídoto. Qué necesitas? Oxygène.


Fotografía de Eduardo Gutiérrez ©2010

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