Siempre me ha resultado curioso cómo cambia tu entorno según con que ojos lo veas: los tuyos, o los de tu cámara.
Con los tuyos la realidad se vuelve monótona, aburrida. Pasas una y otra vez por el mismo lugar y éste nunca cambia, parece que el botón de play se ha estropeado en ese fotograma. Sin embargo todo cambia a través del objetivo, donde cada mirada es una foto, cada instante un recuerdo.
Viniendo a trabajar esta mañana he querido hacer real esa práctica teórica de ver tu realidad con otros ojos. Me han llamado la atención la cantidad de pintadas que hay por mi calle, y sobre todo "su marco".
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