El diario abertzale Gara ha publicado la primera entrevista que conceden miembros de ETA desde el anuncio de cese de la violencia de hace menos de un mes.
En la entrevista hablan de que no ha habido un proceso de negociación
con el Estado pero sí mutuo conocimiento, que no hay una hoja de ruta
pero sí describen sus condiciones y hablan de desarme. Tratan la "lucha
armada" como una estrategia que les ha llevado al punto en el que están,
aunque reconocen haber causado dolor: "no somos insensibles".
Hablan del comunicado como una de las decisiones históricas de ETA: "Son
tres las decisiones más importantes que ETA ha tomado en su historia
(...) La primera, en pleno franquismo, cuando se constituyó ETA para
hacer frente al Estado español y para liberar Euskal Herria. La segunda,
cuando la reforma española no atendió a las reclamaciones de Euskal
Herria y se produjo la división entre las fuerzas abertzales, con la
decisión de ETA de continuar con la lucha armada. Y la tercera, ésta de
ahora, con el anuncio de su fin".
También responden a la pregunta de qué sucedería si España y Francia no
diera "ningún paso significativo": "Hay que actuar con paciencia, sin resignarse,
prosiguiendo con la lucha y el trabajo diario, agrupando nuevas
fuerzas, dando mayor eficacia a las ya existentes". Señalan también que
ETA "ETA nunca será una amenaza para ese proceso, como ya ha quedado
bien claro", a lo que añaden que "nunca lo ha sido".
Aunque dicen que ETA "no estará sentada en la mesa de la negociación política"
sí se reservan un papel para el presente, el de la representación de
los presos y los "exiliados vascos", y su protagonismo en
"conversaciones directas" entre ETA, España y Francia junto con "algún
agente internacional para tratar tres asuntos que describen como
"principales": "la vuelta a casa de todos los presos y exiliados
políticos vascos, la inutilización de las armas de ETA y la
desmilitarización de Euskal Herria".
La entrevista, de unas doce páginas de extensión, recoge la habitual
retórica de ETA ("en Euskal Herria no hay muchos que vean un error en el
nacimiento de ETA"), pero también abre huecos hasta ahora nunca vistos
en conversaciones con los terroristas: hablan de autocrítica, de
"errores que hemos cometido", de "división interna" y de cómo han vivido
el proceso que ha llevado hasta el comunicado y cómo plantean el futuro
inmediato: "Sabemos que hemos cometido errores, y que no hemos acertado
siempre (...) nos guiamos por una autocrítica permanente, de la que
también son consecuencia los cambios de estrategia o sus adecuaciones".
Pasos después del comunicado
Aseguran que "no existe un acuerdo concreto o resolutivo para la
superación del conflicto, pero se está dibujando la secuencia de los
pasos que debe seguir la vía de solución, componiendo una especie de
hoja de ruta". En esa hoja de ruta su primer objetivo irrenunciable es
"el reconocimiento de Euskal Herria y del derecho a decidir", desde el
que preven "un proceso largo y escalonado mientras se crean las
condiciones necesarias para dar el salto a la independencia".
Ante la pregunta de qué sucedería si no se dan los pasos que ellos
esperan los terroristas responden que "hay que actuar con paciencia, sin
resignarse, prosiguiendo con la lucha y el trabajo diario, agrupando
nuevas fuerzas, dando mayor eficacia a las ya existentes (...) El Estado no será un interlocutor fiable; nunca lo ha sido,
pero menos ahora. Es posible que, a causa de ello, el proceso se
bloquee. Y habrá que responder con iniciativas unilaterales, con
reivindicaciones soberanistas unilaterales".
Los portavoces de ETA reclaman "emprender conversaciones directas entre
ETA y los estados español y francés, con la dinamización de algún agente
internacional que ayude al proceso" para tratar tres temas: "La vuelta a
casa de todos los presos y exiliados políticos vascos, la inutilización
de las armas de ETA y la desmilitarización de Euskal Herria".
En ese primer paso, el de la amnistía para presos y huidos, hacen
especial hincapié: "Cualquier otra opción sólo puede plantearse desde
propósitos de venganza o por intereses políticos particulares",
aseguran. "¿Alguien puede imaginarse la paz con las cárceles de España y Francia llenas
de presos políticos vascos? Otra cosa, importante también, es cómo se
lleva a cabo eso. Es lo que hay que hablar y acordar en la mesa de
diálogo", reclaman. Como reclaman que "todos los exiliados vascos deben
estar en casa", es decir, todos los terroristas huidos y que están en
busca y captura.
Y sería la propia ETA quien hablaría por ellos: "Esos colectivos -presos
y exiliados- tienen voz propia y deben seguir teniéndola, sin duda
alguna (...) En el ámbito negociador (...) ETA asume la gestión de esos
aspectos. No lo haría si no contara con la autorización de ambos
colectivos (...) ETA ha adoptado un compromiso concreto: no tomará
ninguna decisión que afecte a los presos y exiliados vascos sin contar
con su aprobación".
Después de este paso vendría el de la destrucción de sus propias armas: "La cuestión de las armas está incluida en la agenda
de la negociación entre ETA y el Estado, y estamos dispuestos a hablar
de ello y también a adoptar compromisos, en la lógica de la solución de
todas las consecuencias del conflicto".
Como último paso, la salida de las Fuerzas de Seguridad del Estado de Euskadi y Navarra.
"El proceso debe conllevar la desmilitarización de Euskal Herria, sin
duda alguna. El final de la confrontación armada no podría entenderse si
Euskal Herria permanece llena de fuerzas armadas
(...) Los distintos cuerpos armados han causado mucho dolor en este
pueblo. Las páginas más oscuras de ese relato que hemos mencionado las
ha escrito la Guardia Civil".
El "proceso político" a seguir
Los miembros de ETA entrevistados dicen que no saben cómo terminará el
proceso porque "el final está sin escribir", pero no contemplan otra
situación que esta sin violencia. "Se puede tener la tentación de pensar
que todo está atado. que se resolverá no se sabe en qué mesa. No (...)
El proceso se puede alargar en el tiempo, en función del comportamiento
de los estados y de la madurez de las fuerzas políticas. Pero no hay
otra alternativa que no sea el propio proceso".
Con el lenguaje acostumbrado hablan de una "solución política" en la que
"el primer paso es el proceso de diálogo que debe desarrollarse entre
los agentes políticos y sociales vascos (...) sin ningún tipo de
violencia ni de injerencia (...) [con el objetivo de] un acuerdo
democrático en el que se recoja una formulación pactada del
reconocimiento de Euskal Herria y del derecho a decidir". A partir de
ahí, dicen, "debería abrirse un proceso de negociación entre los estados
y una representación de los agentes políticos y sociales de Euskal
Herria (...) [para] la aplicación de ese acuerdo democrático".
Sobre el origen del proceso
No ven el acuerdo que hizo posible el nacimiento de Bildu como un cambio
radical en los acontecimientos: "El origen de la reflexión se puede
situar, por los menos, una década antes, cuando comenzamos a considerar
que en Euskal Herria había condiciones para la materialización del
cambio. Sin embargo, visto desde entonces, no ha sido un proceso
estructurado y lineal. Podemos decir que ha supuesto un proceso de
maduración de una profunda reflexión."
Admiten que la aparición de Bildu "tiene su importancia, en la medida en
que se realizó un ejercicio para el cambio de estrategia", pero
aseguran que "no nos encontramos en el segundo o tercer año de la
apuesta política, sino en el 52º". "En todo caso", aseguran, "la izquierda abertzale acertó de pleno en su reflexión:
hizo una lectura adecuada del momento histórico, (...) estableció una
estrategia eficaz para superar el parón en el proceso de liberación y
entrar en la fase decisiva sobre las condiciones gestadas por años de
lucha".
El proceso no fue rápido en el seno de la banda: "Hubo diferentes lecturas,
y eso influyó en el debate de los diferentes aspectos de la estrategia
(...), en otros casos, aun estando de acuerdo con la estrategia, las divergencias estuvieron en sus concreciones. Y más allá de las lecturas diferentes, hubo otros problemas, sobre todo sobre la forma de abrir y desarrollar el debate. Aunque fue una discusión fructífera, dejó heridas y dudas".
"En esa situación", continúan, "el Estado español realizó un gran
esfuerzo por auspiciar la escisión en la izquierda abertzale. Pero no lo
logró (...) Hoy podemos decir con orgullo que existe una fuerte
cohesión interna en la izquierda abertzale, a diferencia de lo que pasa
en otras muchas fuerzas".
También aseguran que se ha llegado a la situación actual sin negociación directa: "No se ha producido ninguna reunión directa entre ETA
y el Gobierno de España. Sin embargo, podemos decir que, en los últimos
meses, hemos tenido un conocimiento mutuo y, que nosotros sepamos, el
PP está al corriente".
Sobre anteriores procesos
Hablan de los anteriores procesos de negociación con los sucesivos
gobiernos como "hitos históricos" que no les satisfacen del todo "en la
medida en que no hubo posibilidades de llevarlos a término, pero todos
ellos han dejado cosas positivas, todos ellos han dejado enseñanzas".
Ven diferente el proceso actual porque "ante la cerrazón de los estados,
la izquierda abertzale tomó la decisión de iniciarlo desde su propia
iniciativa, sin esperar a la voluntad de los estados".
En su opinión, "ETA ha cumplido todos los acuerdos
y cuando los procesos se han roto formalmente ha seguido en la misma
línea. El Estado español, en cambio, ha actuado con malicia. No buscaba
la paz y la resolución, sino neutralizar la lucha de liberación. Ha
buscado la ruptura de los procesos nada más iniciarse, porque
consideraba que sería la izquierda abertzale la que pagaría las
consecuencias".
Pese a eso los dos portavoces de ETA niegan que la banda sea el problema central: "El conflicto no comenzó con el surgimiento de ETA y no ha terminado cuando ETA ha anunciado el final de su actividad armada, tal y como demuestran, con suficiente claridad, las reivindicaciones de solución de la sociedad vasca".
Su visión de la ilegalización
Tampoco ven la Ley de Partidos como algo que haya conducido al final de
la violencia, sino como un acicate para su actividad: "El potencial que
mostró la experiencia de Lizarra-Garazi encendió todas las alarmas en el
Estado, que decidió dar un salto cualitativo en su estrategia: dejar a
la izquierda abertzale, a través de la ilegalización, fuera del
escenario político (...) Todo ello provocó un parón en el proceso de
liberación: el bloqueo (...) Había que cerrar un ciclo para abrir del
todo el nuevo. Y eso incidía de lleno en la lucha armada".
Su concepción de la "lucha armada"
Los etarras entrevistados descartan hablar de derrota y conciben lo que
llaman "lucha armada" como una estrategia que les ha servido para
conseguir logros: "Mediante la lucha armada, entre otras cosas, Euskal Herria ha llegado a tener abiertas las puertas de la libertad
(...) A nuestro entender, en estos 50 años, la lucha armada ha hecho su
aportación, una gran aportación, para llegar al momento en el que
estamos y para generar las condiciones existentes".
Reconocen también las "señales de agotamiento" de la estrategia violenta: "Por
eso ha tomado ETA esta decisión histórica. Para recoger la cosecha de
estos años de lucha y ponerla al servicio de esa estrategia".
Pero no por ello hablan de condena: "No podemos estar de acuerdo con ese propósito de condenar la lucha por la libertad.
No podemos estar de acuerdo con esa única realidad que pretenden
presentarnos, y tampoco con esa actitud fascista y la sed de venganza
que se está alimentando en los últimos años en España (...) El discurso de la derrota es parte de la estrategia de los estados,
fabricado con el objetivo de provocar desánimo en la izquierda
abertzale y neutralizar las opciones que esa decisión abre en este
momento político. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta, y el
nerviosismo resulta notorio.
El papel de las víctimas
En su visión, "la principal víctima del conflicto es Euskal Herria
(...), las principales víctimas han sido las vascas y los vascos".
Hablan, con su retórica habitual, de "todas las víctimas", pero hacen
especial hincapié en "represaliados y torturados", incluso en
"compañeros a los que se ha llevado la lucha": "Hemos conocido el
sufrimiento en nuestras propias carnes. Sabemos lo que es perder compañeros de lucha, qué es el dolor, qué supone no tener al lado a los seres queridos".
"Una decisión de este calado te trae a la mente a todos los compañeros
que pertenecen o han pertenecido a esta organización. A los compañeros
que la lucha se ha llevado para siempre. A quienes aún están presos. A
los ciudadanos y ciudadanas que en el conjunto de Euskal Herria han
ayudado a ETA", prosiguen. "También existe felicidad y orgullo, por todo lo que esta organización, en su pequeñez, ha hecho hasta ahora
(...) Y, por qué negarlo, existe el sentimiento de haber perdido algo,
el mismo sentimiento que ha tenido mucha gente en Euskal Herria"
Para los más de ochocientos asesinados por ETA dedican una línea: "La
confrontación armada de las últimas décadas ha causado mucho
sufrimiento, sin duda. También las acciones de ETA. No somos insensibles".
Aseguran que "no hay generación que haya conocido la paz y la libertad
(...) También podríamos retrotraernos más en el tiempo. Podríamos citar
las matanzas sufridas por el pueblo vasco en el último siglo. ¿O es que
la actual confrontación armada no prendió de los rescoldos que dejó el
bombardeo de Gernika?".
Reacciones tras el anuncio
Los dos portavoces de ETA dicen que "en la mayoría de los casos", las
reacciones a su comunicado "han seguido el guión preestablecido". "No
obstante, hay que subrayar que todos han constatado la importancia de la
decisión histórica (...) Más importante que las reacciones actuales
será el comportamiento que cada agente tome de cara al futuro (...) En
Euskal Herria algunos han puesto como excusa la actividad armada de ETA.
Eso se ha acabado. ¿Y ahora qué?", preguntan.
Preguntados directamente por Rajoy, el candidato con más opciones de
ganar las elecciones del 20N, perciben un cambio en su discurso: "[Su]
reacción rompe con el discurso negativo, agresivo y sin sentido de hasta
ahora. Ante esta coyuntura histórica, quien tiene muchas posibilidades
de ser presidente de España debe actuar con responsabilidad, y es de suponer que Rajoy lo ha entendido así".
"En nuestra opinión, cuál es el partido que gestiona el Gobierno español
no supone una variable decisiva. Además, en comparación con la posición
del PP, no se puede decir que el Gobierno del PSOE haya mostrado una
especial voluntad para acometer la solución democrática del conflicto",
responden.
(Vía)
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